En el año 1551, Oda Nobunaga heredó el feudo familiar[1]
y se convirtió, con 19 años, en el líder de la familia. En sólo tres décadas, a
través de la fuerza, pero también con un inteligente sistema de pactos, pasó a
dominar la mayor parte del Honshū central, casi hasta llegar a la región de
Kantō. Por el camino derrotó a alguno de los señores más importantes y se
anexionó regiones y han altamente
fértiles (Minō, Hokuriku, Ōmi, Kinki…). También fue lo bastante habilidoso para
firmar un pacto de defensa mutua con la vecina familia Tokugawa, propietarios
del distrito de Mikawa.[2]
Nobunaga
ha sido recordado en el imaginario japonés como un feroz y destructor guerrero,
no tanto como un reformista con cierta visión de cómo volver a centralizar el
poder después de un siglo largo de desunión.[3] De hecho se le representa
muchas veces como un demonio guerrero sediento de sangre en las más cruentas
escenas.
Batalla de Okehazama (1560): victoria contra Imagawa Yoshimoto
Imagawa Yoshimoto avanzó hacia
el oeste, gracias a una serie de alianzas por medio de matrimonios arreglados
con otros dos clanes con los que habían tenido conflictos, lanzando un primer
ataque[5] contra una de las
fortalezas de la frontera, en Washizu y Marune. Según recuentos de la época, el
ejército contaba con entre 25.000[6] ó 40.000 soldados. El
castillo fue totalmente destruido.[7]
Aprovechando que el ejército
del victorioso ganador de la batalla, y el mismo, estaban descansado
descuidadamente en un lugar entre los árboles conocido como Dengakuhazama,
Nobunaga decidió preparar un ejército de aproximadamente 3000 hombres para
atacar por sorpresa. Usó perfectamente los elementos para ocultar su presencia
en la oscuridad y la ruidosa tormenta que esa noche decidió ayudarlos para
acercarse a los ebrios centinelas y matarlos silenciosamente para que no diesen
la voz de alarma.[8]
Todo su ejército se infiltró
decididamente en el campamento arrasando con unos soldados completamente
desarmados y llegando fácilmente a la tienda de in Yoshimoto que, creyendo que
eran sus hombres festejando, salió de su tienda sin nada de protección y fue
atravesado por una lanza portada por uno de los generales de Nobunaga. Cuentan
los cronistas que consiguió romper la lanza y atacar contra su portador antes
de que otro general llegada y le cortara la cabeza. Al final de la exitosa
batalla, esta fue ofrecida a Nobunaga.[9]
Esta victoria le convirtió en
uno de los daimyō más poderosos de
Japón. Uno de los generales desertores del ejército de Imagawa fue Tokugawa
Ieyasu, que formó después de la pérdida de su señor su propia facción. 1562
alianza entre ambos.[10]
Nobunaga entró en Kioto, en el
año 1568, con una alianza con Ashikaga Yoshiaki, que había quedado apartado de
la posición de shōgun después del
último proceso de sucesión. De la alianza, Yoshiaki sacó inicialmente la
posición que deseaba, pero no la reinstauración del orden previo del período
Sengoku. Más bien al contrario. Nobunaga tenía una agenda de cambio que pasaba
por la supresión del shogunato, aunque no de la figura del emperador, cosa que
demostró dando a la casa imperial una contribución anual de 150 koku[11]
de arroz y haciendo reconstruir el palacio imperial de Kioto. Su centro de
poder se estableció no en la antigua capital, sino a orillas del lago Biwa. Es
allí donde levantó Azumi o Azuchi, el castillo desde el que dictó muchas de las
reformas que marcaron sus años como hegemon.[12]
La entrada en la capital,
Kioto, también quería decir la caída definitiva de los últimos vestigios del
shogunato Ashikaga: Nobunaga se había convertido en líder de facto del país y puso final a los 230 años de bakufu Muromachi. En el momento en que
llegó a Kioto, Nobunaga tenía control, aunque relativo, sobre la tercera parte
de lo que había sido el Japón Ashikaga, incluidas la región central de Kinai y,
lo más importante, el granero de Japón: Tōkai. Le faltaba, sin embargo, y ésta
fue su gran obsesión, llegar al oeste de Honshū, a Chūgoku. Durante el final de
su campaña militar también miró hacia el este, a la llanura de Kantō, donde la
familia Hōjō controlaba todavía ocho grandes provincias.[13]
Entre 1570-1573 se libraron
las Batallas de Anegawa, Ataque el Monte Hiei, y Mikatagahara, entre otras,
terminando con la caída de Yochiaki como shogun. Se inició entonces la “era” Tenshō.[14]
Batalla de Nagashino (1575): victoria contra Takeda Katsuyori
De sus múltiples campañas
militares, posiblemente haya que descartar, por simbólica, la victoria sobre
los Takeda en 1575 en la batalla de Nagashino, en la provincia de Mikawa.[15]
Las fuerzas del clan Takeda,
comandadas por Takeda Katsuyori, asediaron el Castillo Nagashino en el año
1575. Estaba custodiado por Torii Sune'emon, quien solicitó ayuda a Nobunaga e
Ieyasu. Ambos respondieron a la petición, pues se trataba de una zona que les afectaba
a ambos clanes y porque no podían seguir tolerando más los avances del clan
Takeda.[16]
Alrededor de 15.000 soldados
participaron en el asedio al castillo y allí esperaron a las fuerzas conjuntas
de los Tokugawa y los Oda, con más de 38.000 hombres, de los cuales Nobunaga
aportó 3000 arcabuceros, clave y motivo por el que es tan conocida esta
batalla.[17]
Las fuerzas conjuntas se
asentaron en la distancia, al otro lado del pequeño río Rengogawa, construyendo
una empalizada en pos de lo que había de venir, con agujeros perfectos para
proteger a loa arcabuceros y defenderse de un ataque rápido enemigo.[18]
Ante las circunstancias en las
que se encontraban los Takeda, rodeados por todos los flancos por unos enemigos
que conocían perfectamente la zona, Katsuyori decidió ir al encuentro del
enemigo con su caballería de samuráis la mañana del 28 de junio de 1575. A
pesar de conocer el gran número de armas de fuego que tenía el enemigo, pensó
que estas habrían quedado inutilizadas por la lluvia de una tormenta la noche
anterior. Pero ese no fue el caso. Tras la orden de atravesar velozmente el río
y a pocos metros de la empalizada, los arcabuceros empezaron a disparar contra
los samuráis Takeda, acabando rápidamente con la mayor parte de ellos. Los que
no fueron alcanzados empezaron a luchar con espadas y estacas.[19]
La batalla continuó hasta que,
tras el gran número de bajas, Takeda Katsuyori decidió dar la orden de retirada
por una brecha que habían dejado los Tokugawa al ir a recuperar el control del
castillo.[20]
Después de la victoria en
Nagashino aún les costó siete años a las tropas del clan Oda y del clan
Tokugawa recuperar los territorios perdidos, entrar al dominio Takeda y forzar
la rendición de Katsuyori, quien se suicidó en 1582.[21]
Incidente de Honnō-ji, 1582
Oda, en su afán expansivo
hacia Chūgoku, mandó a su general Hideyoshi a la conquista de nuevas tierras,
de tal forma que, cuando todo pasó, este se encontraba detenido en el asedio al
Castillo Takamatsu, controlado por el clan Mōri.[22]
Hideyoshi acabó solicitando
refuerzos, por lo que Oda decidió mandar a otro de sus generales en avanzadilla
antes de ir él. Mitsuhide Akechi fue el elegido, pero a mitad de camino,
decidió dar media vuelta hacia Kioto, donde Nobunaga había decidido quedarse en
el templo Honnō-ji con tan sólo su guardia personal.[23]
Mitsuhide atacó el templo y lo
incendió en lo que se conoce como «Incidente de Honnōji», donde Nobunaga murió
al cometer seppuku.[24]
Uno de los relatos del
acontecimiento proviene nuevamente de Luis Frois, quien se encontraba cerca de
la escena:
[...]
«Cuando los hombres de Akechi llegaron a las puertas del palacio, todos
entraron al mismo tiempo al no haber nadie para resistirles debido a que no
existían sospechas de su traición. Nobunaga se acababa de lavar las manos y la
cara y estaba secándose con una toalla cuando lo encontraron e inmediatamente
le dispararon una flecha en un costado. Sacándose la flecha, salió cargando una
naginata [...] Peleó durante algún tiempo, pero después de recibir un disparo
en el brazo se replegó a su recámara y cerró las puertas.
Algunos
dicen que se cortó el vientre [se realizó el seppuku], mientras que otros creen
que le prendió fuego al palacio y pereció en las llamas. Lo que sabemos, sin
embargo, es que de este hombre, quien hizo a todos temblar no sólo con el
sonido de su voz sino incluso con la mención de su nombre, no permaneció ni
siquiera un pequeño cabello que no fuera reducido a polvo y cenizas».[25]
[1]
SANSON, George; Histoire du Japon: Des
orígenes aux debuts du Japon moderne, 1988, p. 642. La familia Oda, en sus
orígenes, no era sino una más de las familias terratenientes provinciales con
un relativo poder militar. Fue a través de las guerras intestinas del período
Sengoku que empezaron a acumular poder, llegando a una etapa de continuos
pactos locales para ello. En el siglo XVI se convirtieron en vicegobernadores
de la provincia de Owari, concesión que le hicieron los Shiba, la familia que
controlaba el territorio. En estos primeros años, todo su poder no pasaba de la
llanura de Tōkari, en la región centro-oriental de Honshū.
[2]
SANSON, George; Histoire du Japon…,
1988, pp. 642-643.
[3]
JUNQUERAS I VIVES, Oriol (Coord.); Historia
de Japón…, Barcelona, 2012, p. 186
[4]
SANSON, George; Histoire du Japon…,
1988, p. 657.
[5]
Ibídem, p. 644.Ya hubo dos intentonas en el 1554 y 1558.
[6]
BERSIHAND, Roger; Histoire du Japon: Des
orígenes a nos jours, Paris, 1959, p. 166. Hay disparidad de criterios en
la medición. Supongamos una cifra intermedia.
[7]
SANSON, George; Histoire du Japon…,
1988, p. 644.
[8]
SANSON, George; Histoire du Japon…,
1988, pp. 644-645.
[9]
Ibídem, p. 645.
[10]
BERSIHAND, Roger; Histoire du Japon: De…,
Paris, 1959, p. 166.
[11]
JUNQUERAS I VIVES, Oriol (Coord.); Historia
de Japón…, Barcelona, 2012, pp. 173-174: Entre los siglos XV y XIX el koku era la medida de volumen más
habitual en Japón y equivale, aproximadamente, a 278g.
[12]
Ibídem, p. 184.
[13]
Ibídem, pp. 183-184
[14]
BERSIHAND, Roger; Histoire du Japon: De…,
Paris, 1959, p. 167, y SANSON, George; Histoire
du Japon…, 1988, pp. 649-652.
[15]
SANSON, George; Histoire du Japon…,
1988, p. 652.
[16]
Ibídem, p. 653
[17]
Ibídem.
[18]
Ibídem.
[19]
Ibídem.
[20]
SANSON, George; Histoire du Japon…,
1988, p. 654
[21]
Ibídem.
[22]
Ibídem, p. 676.
[23]
Ibídem.
[24]
BERSIHAND, Roger; Histoire du Japon: De…,
Paris, 1959, p. 170.
[25]
Otsuke (2008), Honnoji: Luis Frois
versión, Oda Nobunaga-The warlord who changed Japan!, (http://otsuke.blogspot.com.es/2008/06/honnoji-luis-frois-version.html)
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