CIUDADES Y MEDIO AMBIENTE



Los problemas ambientales de las áreas urbanas derivan principalmente de la concentración demográfica en un espacio reducido. La cantidad de recursos naturales necesarios para la población y la actividad urbana es enormemente superior al que la ciudad es capaz de producir. Por eso, los sistemas urbanos importan grandes cantidades de recursos que son transformados en bienes y servicios y parcialmente restituidos al ambiente en forma de residuos y emisiones. Los problemas ambientales de las ciudades afectan entonces al propio entorno urbano, pero también a muchas otras regiones de las que extraen los recursos y a las que llegan los efectos de la contaminación.

Los principales problemas ambientales asociados a las ciudades son el elevado consumo de los recursos naturales y territoriales, la contaminación y los residuos que generan.

EL ELEVADO CONSUMO DE LOS RECUROS NATURALES Y TERRITORIALES, viene de la mano de una serie de fenómenos: grado de urbanización, demanda energética y consumo de agua.

La masiva urbanización conlleva un elevado uso del suelo que destruye la vegetación natural, las tierras con vocación agrícola, las masas forestales, los humedales, los cauces fluviales o los espacios de la franja costera. Esto provoca la fragmentación y a veces la pérdida de los hábitats de especies faunísticas y vegetales. En definitiva desestructura los ecosistemas y crea importantes desequilibrios naturales.

La elevada demanda energética de las ciudades, ya sea para el abastecimiento de sus habitantes o para poder mantener su funcionamiento (transportes, redes de abastecimiento…), exige la producción externa. Los grandes centros generadores (como las centrales nucleares o las centrales eléctricas) están situados en otros territorios, lo que obliga a su transporte a través de redes, con los consecuentes impactos ambientales sobre los espacios. A esto se le suma la explotación de las fuentes de energía (petróleo, gas natural o carbón) que, en su mayor parte son recursos no renovables.

En las ciudades se consumen grandes cantidades de recursos hídricos. Para su abastecimiento, es necesaria la construcción de embalses, la captación de agua de acuíferos subterráneos o la implantación de desaladotas. Con estos procedimientos, el agua del subsuelo se agota, la superficial rompe su ciclo natural y pierde su calidad por la proliferación de algas en los embalses producida por la acumulación de sustancias y residuos orgánicos, y las desaladoras contaminan la costa con sus residuos.

Las ciudades son los lugares donde se encuentran los valores de contaminación más altos, sobre todo, de CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA. Entre los principales contaminantes atmosféricos se encuentran:

    • Dióxido de Carbono: Gas invernadero y principal causante del Cambio Climático acelerado que estamos viviendo. Es emitido en su mayoría por los vehículos pero también por las calefacciones y los aires acondicionados.

     • Óxidos de nitrógeno: son emitidos por los vehículos en la combustión de compuestos nitrogenados que contienen los carburantes y afectan gravemente al sistema respiratorio.

    • Ozono troposférico: el ozono troposférico se forma en las ciudades a través de los óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles emitidos por vehículos y determinados tipos de industrias. Es uno de los principales causantes del llamado “smog fotoquímico”; fenómeno de contaminación del aire que se produce en grandes áreas urbanas ante unas determinadas condiciones meteorológicas. Como resultado se observa una atmósfera de un color marrón rojizo.

Además en las ciudades existen otros tipos de contaminación como la acústica, originada por el exceso de ruido; la contaminación lumínica, que altera las condiciones naturales del aire y de los ecosistemas; o la contaminación electromagnética, originada por el uso de aparatos electrónicos, antenas y emisores de ondas de alta tensión.

LOS RESIDUOS son uno de los principales problemas actuales a los que se enfrentan las ciudades. Estos pueden ser de varios tipos según su origen: doméstico, industrial, sanitario, comercial o urbano (espacios públicos). La excesiva generación de residuos y la concentración en el entorno de las ciudades de los mismos, sumado al ineficiente manejo que se hace de ellos (vertederos, quemas a cielo abierto), provoca graves problemas de contaminación que afectan no sólo a la salud humana sino también a animales y plantas, ríos, aguas subterráneas, a los suelos y a la atmósfera.

Para paliar el problema es aconsejable seguir la “estrategia de las tres R”: reducir la cantidad de residuos generada; reutilización de los mismos y, por último, en el caso de generar residuos, es necesario que ellos sean reciclados para poder así reincorporarlos al ciclo y evitar de ese modo su desecho al medio.

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