Estamos en un momento de profunda transformación y reestructuración de lo que ha sido el modelo tradicional de desarrollo de nuestras ciudades compactas, densas y con diversidad de usos y mezcla social.
Esta transformación que responde a fenómenos complejos como la globalización económica, los cambios en el sistema productivo, en las pautas culturales y en el papel asignado a los poderes públicos, también ha sido propiciada por una parte por la mejora en la capacidad económica y el nivel social de gran parte de la población, que ha posibilitado la demanda de mejores condiciones de vida. Y por otra, por los problemas y deficiencias existentes en la ciudad.
Hay que destacar tres aspectos a tener en cuenta en lo que respecta a la configuración de la ciudad y los problemas de densidad:
1. LOS FACTORES DE CONFIGURACIÓN DE LA CIUDAD.
La ciudad refleja en su estructura espacial y en su morfología, las distintas etapas históricas y la estructura social existente en cada una de ellas.
En general el modelo mediterráneo denso y compacto con sus características positivas de diversidad y mezcla de usos, al que responden tradicionalmente las ciudades españolas ha sido víctima, a partir ya de la primera industrialización del siglo XIX, de un proceso de congestión y densificación progresiva que ha ido deteriorando sus condiciones ambientales: pérdida de condiciones de soleamiento y aireación, congestión del tráfico con el acompañamiento de contaminación atmosférica y ruido, progresiva pérdida de espacio peatonal y de dotaciones y equipamientos y sustitución y pérdida del patrimonio edificado histórico.
Los posteriores desarrollos de viviendas sociales de finales de los 70 y de la década de los 80 suplieron, en general estas deficiencias, si bien siguieron localizándose, en muchos casos, sin integrarse en la trama urbana y planificándose sin mezcla de usos. Un factor importante a tener en cuenta en el origen de este modelo de desarrollo urbano congestivo fue el proceso de especulación del suelo asociado a la incapacidad para generar suficiente nuevo tejido urbano.
En tal sentido la posibilidad de generar suelo abundante y barato para que la ciudad crezca de forma equilibrada y racional es un factor esencial para generar modelos urbanos no congestivos, en los que puedan darse niveles adecuados de calidad del entorno y en los que el patrimonio arquitectónico preexistente no se vea sometido a una constante presión de cambio de usos. Las políticas de suelo y vivienda son por tanto un factor esencial en la configuración de la ciudad.
2. LOS DISTINTOS PARÁMETROS DE LA DENSIDAD.
En cuanto a los problemas concretos relacionados con las densidades urbanísticas habría que distinguir entre los dos tipos de situaciones mencionadas: las áreas centrales y periféricas. La situación real es heterogénea, la densidad puede ser un problema por defecto o por exceso.
En los centros urbanos, además de los problemas de las altas densidades de edificación, aparecen problemas de competencia entre el uso residencial y los usos para actividades económicas, con riesgo de expulsión de la población residente y de desaparición de dotaciones y equipamientos.
En las periferias los problemas se centran en la falta de diversidad de usos y en la excesiva especialización por áreas de actividad: zonas residenciales, polígonos industriales o centros de negocios, áreas comerciales y de ocio etc.
3. LAS NUEVAS FORMAS DE VIDA Y DEMANDAS SOCIALES.
La mejora de las condiciones económicas y el nivel social de gran parte de la población ha posibilitado la demanda de mejores condiciones de vida: mayor espacio de vivienda, mejores condiciones ambientales, más zonas verdes, etc.
Es necesario elaborar propuestas de estructura urbana y de diseño que desde una perspectiva de sostenibilidad respondan a los nuevos usos y demandas sociales de privacidad, mayor cantidad de espacios libres privados, mayor contacto con la naturaleza, sin perder los valores tradicionales de la ciudad en el sentido de riqueza cultural y social y de potencial económico.
Por último señalar que en muchos casos los precios de la vivienda son el principal condicionante en la configuración de la demanda y de los comportamientos sociales, lo que subraya una vez más la importancia de tener en cuenta, la relación entre las propuestas de diseño urbano y el mercado de suelo y vivienda.
Por último señalar que en muchos casos los precios de la vivienda son el principal condicionante en la configuración de la demanda y de los comportamientos sociales, lo que subraya una vez más la importancia de tener en cuenta, la relación entre las propuestas de diseño urbano y el mercado de suelo y vivienda.
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